El colorido «jardín» que se esconde en nuestras manos
Puede que los niños no obedezcan cuando se les pide que se laven las manos, pero sin dudas es un mensaje que vale la pena repetir hasta el cansancio. Ello lo demostró hace unas semanas Tasha Sturm, profesora del Colegio Cabrillo, California, Estados Unidos, quien encontró una simple y reveladora forma de alertar sobre el asunto.
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